Diagonal Cero

por Florencia Gomel

En 1962 aparece Diagonal Cero en la ciudad de La Plata. Diagonal Cero fue la revista que Edgardo Vigo (1928, La Plata, Argentina) editaba, diagramaba, solventaba y distribuía en su ciudad natal. Fue publicada hasta diciembre de 1968.
Un objeto-revista de tirada trimestral que contó con 28 números, Diagonal Cero era una revista experimental, una red de intercambio con poetas latinoamericanos.
Se editaba en formato de carpeta de 19,5 x 24 cm, compuesta por hojas sueltas, de distinto gramaje y color.
Estas hojas intercambiables permitían, según Vigo, desglosar la revista, recomponerla, transformarla o regalar su contenido por separado.
La diagramación se vuelve cada vez más compleja, pero conserva algunas constantes como la técnica xilográfica, la manufactura artesanal, el uso de huecos y calados que modifican la relación de colores y figura-fondo y fundamentalmente el factor lúdico que permite al lector interactuar con el objeto.
Se publicaban obras plásticas y literarias, fragmentos de manifiestos y textos críticos.

En su primera etapa, hasta la Nº 19 en el año 1966, se dedicó a la difusión de la poesía y el pensamiento de artistas argentinos e internacionales junto a la edición de una serie de xilografías.
La Nº 20, “Poesía visual y experimental”, estuvo dedicada a la nueva poesía platense.
La Nº 25, que, aunque no se editó por falta de fondos, Vigo la propuso como un número dedicado a la nada.

Diagonal Cero, revista, objeto, cosa.
No podía ser indicado bajo un nombre. Debemos enmarcar esta creación en un momento de experimentación y búsqueda. Era común escuchar nombres de muestras y encuentros como “Qué cosa es el coso”, “Arte destructivo”, “Informalismo”, “No- Arte”, “Cosa”, “Objeto”, “No- figuración”, “Señalamiento”, “Interacción en lugar de contemplación”, “Participación del espectador”, “Ruptura”, “No- Límite”.

Sin lugar a dudas Diagonal Cero se enmarca en esos conceptos. Una “revista” con hojas sueltas que invita a ser armada y des-armada. Juegos de letras, tipografías, colores. Formas. Su edición era limitada. Se jugaba también con su distribución, se enviaba por correo, se intercambiaba, se dejaba en un colectivo… un circuito paralelo, distinto, para un objeto que no quiere ser catalogado como arte.
Su antecedente era la Revista WC (editada junto a Miguel Ángel Guereña y Osvaldo Gigli, entre 1958 y 1960) y DRKW ’60. Compartía con otras revistas la función de comunicar y compartir expresiones no abarcadas por el circuito oficial.
Así mismo, paradojalmente, aunque evidenciando la lógica institucionalizadora del “Arte”, hoy en día lo vemos exhibido en una vitrina del Museo de Bellas Artes junto a un rejunte de objetos, cosas… no catalogables.


Pero Diagonal cero no fue solamente una revista sino un movimiento: integrado por Luis Pazos, Jorge de Luján Gutierrez y Omar Gancedo que luego dejaría su lugar a Carlos Guinzburg. Se conformaron como grupo de trabajo experimental desde la poesía visual. Aunque si bien trabajan en forma colectiva cada participante dejaba la huella de su impronta personal.
Uno de los momentos cumbres del Movimiento Diagonal Cero, el momento de más difusión y resonancia de la propuesta del grupo, fue la Expo/Internacional de Novísima Poesía/69 en el instituto Di Tella (18 de Marzo al 13 de Abril de 1969) En ella participaron artistas de distintos paises de Latinoamérica asi como del interior del pais: fue un encuentro muy importante para la poesia visual en la Argentina.
El Movimiento Diagonal Cero no solo trabajó la poesía visual sino también la edición, exhibición y difusión de obras, acciones performátcas y presentaciones tanto en instituciones como en circuitos alternativos, como bares.
Se presentaban como un grupo de novísimos poetas, orientado no sólo a la producción sino también a la difusión de la poesía experimental.

1 comentario:

  1. hola, saben donde se pueden conseguir algunos fasciculos?

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