un manifiesto

“Entrenarnos para ver es descondicionarnos”, dice Jacques Maquet. Y entendemos (queremos entender) des-condicionar como: un des-acomodar la disposición habitual de los objetos, de los conceptos, de la relación concepto/objeto, palabra/cosa que nos rodea; como un des-ordenar las tramas de nuestro ver; un desencajar al sujeto de la cosa: para Re-ver, re-ver-se, re-ver-nos.

Evidenciar la invisibilizada jerarquía de los ordenes, y de ese modo, elucidar la absurda, hegemónica, arbitraria (por tanto transformable) construcción de toda clasificación.

Un des-orden es el signo de una sub-versión, que encabalga el “intelectual” de-construir, el pagano des-mitificar, y el pendenciero y judicializable disturbar.

Pero des-ordenar, es, también, y sobretodo, un re-ordenar. Ya que somos (debemos ser) responsables de nuestras palabras, de nuestros actos, desordenar es siempre re-agrupar, conformar un nuevo orden. A sabiendas que ese nuevo orden estará dado a una inescapable, trágica tarea de ulterior y constante, nuevo, des-orden. Con la in-subordinación a tramas dominantes, instituídas e instituyentes, enclaustradoras de nuestras palabras, trazos, actos, como sino, horizonte, cuanto menos en tanto propósito de un incansable y necesario, siempre vital, entrenamiento des-condicionador.

Número 2

Cartografías

Contenido

Cartografia de prostíbulos, por Luciana Pia Faccini

Historia de un mapa ensangrentado, por Consuelo Infante

Cartografías, por Maria del Carmen Pumar

Sebastian Russo

Cartografías en red, por Celina Marco

Poéticas críticas, cartografías opacas(fragmento), por Fernando Davis

Magdalena Verdejo

Que las veredas hablen de ellos, por Pablo Russo

Cartografía barrial, La Paternal, por Marina Etchegoyen y Julia Cossani

Arte y diseño: Luciana Pía Faccini